02-09-21
En los supermercados de Inglaterra algunas necesidades básicas están comenzando a agotarse debido a los efectos del Brexit en los trabajadores extranjeros combinados con las dificultades de la pandemia. Una escasez, la de los conductores, que sin embargo afecta a toda Europa.
Estanterías tan desiertas como en tiempos de guerra, las cadenas McDonald’s son obligadas a cancelar parte de los menús de los puntos de venta británicos. El primer ministro Boris Johnson había prometido a los británicos que el Brexit les abriría un «nuevo mundo lleno de oportunidades», pero incluso los más acérrimos detractores de la salida de Gran Bretaña de la UE no imaginaban encontrarse en un desastre de este tipo en unos meses. Y de hecho la «tormenta perfecta» ha estallado en Londres.
SITUACIÓN CRÍTICA
Las dificultades vinculadas a la pandemia, sumadas a la imposición de visas a trabajos extranjeros, han hecho estallar la bomba: no hay choferes para camiones ni utilitarios. La estimaciones aseguran que, al menos 100.000 serían los conductores de vehículos pesados necesarios para sacar a Inglaterra esta situación de emergencia.
Desastre que se intenta frenar incluso con la imaginación: si el gobierno ha puesto a disposición de algunos hipermercados durante tres meses los impulsores del genio militar para garantizar el suministro de bienes de primera necesidad como pan, leche, frutas y verduras, una famosa cadena de supermercados fue más allá, ofreciendo un bono en efectivo a su personal de almacén para obtener su licencia para manejar un camión y ponerse al volante de los refrigerados que garantizan la logística.
ESCASEZ DE CONDUCTORES
Incluso en el resto de Europa el problema sigue creciendo. Según un informe publicado por la agencia británica TI Transport Intelligence, a nivel continental faltan nada menos que 400.000 conductores: culpa de la falta de rotación de generación. El trabajo es agotador y, en los últimos años, está cada vez peor pagado, ya que el sueldo básico promedio es de 3000 Euros. Si bien la cifra podría parecer tentadora al cambio monetario para algunos conductores argentinos, en el viejo mundo se trata de un sueldo básico.
Y la perspectiva desalienta a los jóvenes que, además, tienen que invertir mucho tiempo y dinero para acceder a la profesión. Resultado: según TI, los países en mayor dificultad serían Polonia (donde faltarían 124.000 conductores), Gran Bretaña y Alemania, donde, según la fuente, el «hueco» oscilaría entre 45 y 60 mil unidades. . Le siguen Francia (43.000), España (16.000) e Italia (15.000 conductores).