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30-10-20

La escases actual de unidades 0Km en los concesionarios empuja a los transportistas de carga a poner el ojo sobre el mercado del usado. De esto surge la obvia pregunta ¿Qué debemos tener en cuenta para la compra de estas unidades usadas?

DOCUMENTACIÓN

La compra del camión se formaliza entregando la documentación pertinente. Estos documentos son imprescindibles para que la transacción se realice en los términos que marca la ley. En el caso que compres un camión usado, sobre todo a particulares, puede que alguno de estos documentos falle.

El documento principal de la compra de un camión es el contrato de la transacción. En él se deben identificar claramente tanto el vendedor como el comprador. Aparecerá además toda la información referente al camión, como el modelo, la marca, las identificaciones del motor, chasis y, obviamente, el domino o patente. En el contrato también debe constar el precio, la forma de pago, la fecha de entrega y el “estado físico” en que se encuentra el camión.

Para estar más seguro aún, por su número de dominio es recomendable ingresar a internet para comprobar fácilmente si el camión tiene inhibiciones, demandas, deudas y lo que es peor; algún pedido de captura.

A LOS FIERROS

Tal cómo garantizan algunas terminales, sus usados son revisados en detalle por sus técnicos oficiales que conocen cada modelo de su marca y que son reparados con piezas 100% originales.

Pero si no vas a comprar por estos nuevos canales oficiales, no es menor el dato que el vehículo a comprar lleve registrados los servicios en concesionarios oficiales, además de haberlos realizado en tiempo y forma. De esa manera se tendrá certezas de que lo trabajado sobre el mismo llevó los protocolos recomendados por la marca. Si encontrás un camión en venta que cumpla estas características, será un muy buen paso inicial.

Por supuesto, siempre es recomendable visitar la unidad a comprar junto a un mecánico de confianza con altos conocimientos y si el mecánico es de camiones, mucho mejor.

De cualquier modo, las verificaciones mecánicas primarias son las que se pueden observar a simple vista. Entre ellas está la visualización del chasis, tratando de constatar que no tenga torceduras, golpes ni oxidaciones severas por corrosión en todo el recorrido. Eso nos da la pauta que el camión no sufrió accidentes, sobrecargas ni descuidos de mantenimiento. La presencia de óxido puede indicar la circulación excesiva fuera de ruta, por barro y la sobreexposición a ambientes de alta salinidad como el marino. A esto, lo mejor será escaparle…

Asimismo, si el chasis ha tenido modificaciones, como extensiones, etc., es bueno averiguar si esas modificaciones fueron realizadas en talleres homologados, es decir bajo las especificaciones reglamentarias. Las reformas de chasis “a ojo” podrían resultar un dolor de cabeza indescriptible.

Es bueno chequear los paquetes de elásticos de las suspensiones, que deben tener sus bujes en buen estado. La rotura o desgaste de estos significan mucho uso y/o sobrecarga constante y la reparación puede ser muy costosa.

Los neumáticos tienen que verse con un desgaste coherente y no deben tener laceraciones laterales. El desgaste en forma despareja demuestra claramente defectos de desalineado por problemas en los bujes, amortiguadores y/o extremos de dirección.

Es necesario también corroborar el estado del embrague. Poco recorrido o pedal duro significa que le queda poca vida útil.

La caja de cambios debe seleccionar cada marcha con seguridad y suavidad y con solo una pisada del pedal de embrague. Es interesante comprobar que las marchas no “salten” al desacelerar bruscamente. Es necesario oír que la caja no “zumbe” ni haga ruidos metálicos durante una marcha constante, al igual que el diferencial. Aunque a este último también sería bueno oírlo al pasar, es decir, desde afuera.

En cuanto al motor, en un vistazo general, a primera vista observar que esté limpio y que no presente ninguna fuga de fluidos, es una señal de buen trato y cuidado. Posteriormente, ponerlo en marcha, escucharlo atentamente en frío y también en caliente, acelerándolo hasta llegar a un régimen más bien exigido y hacerlo permanecer en ese rango por unos cuantos segundos. Detectar sonidos y golpeteos extraños al acelerarlo y notar la presencia de humo color gris claro, no es una buena señal.

Una vez realizada esta supervisión básica, sería buena idea extraer la varilla de aceite del motor para comprobar que en su extremo no se observe presencia de gasoil, ni de agua en el lubricante. En este sentido, deberías también observar abriendo el depósito del refrigerante que allí no haya restos de aceite o gasoil acumulado, especialmente en la rosca interna del tapón. Al poner en marcha el motor, el depósito de fluido refrigerante no debe subir el nivel. Si lo hace, tampoco es buena señal.

 

La unidad debe tener buen estado de la pintura en general. Se pueden levantar las alfombras del interior de cabina para tener una mejor visión. Los burletes de las puertas deben tener textura acorde y cumplir las correctas funciones de sellado de las puertas.

Revisar que las puertas abran y cierren de forma sólida.  Los espacios (luz) entre las uniones de chapa deben ser parejos en todo el recorrido (…en lo posible).

La diferencia de texturas y/o tonos de pintura son un claro indicio de que hubo un golpe. Abrir la calandra y chequear el estado tanto de la chapa de fondo, como de los componentes y conexiones te hablarán del camión.

Otra buena señal del trato que ha tenido el vehículo es el estado del interior de la cabina y del puesto de mando en particular. El volante, la butaca del conductor, las teclas y perillas también hablan de maltrato y de desgaste.

Todos y cada uno de estos ítems conformarán un precio de venta que deberá ser acorde con el estado general del camión y el valor de mercado. Todo camión que ha gozado de su mantenimiento únicamente en concesionarios oficiales, es una garantía de buen producto. Será más caro, pero mejor. Está más que comprobado.

Comprar un nuevo camión es una decisión que no podrías tomar a la ligera. Cada vehículo de tu flota, ya sea que tengas una o mil unidades, debe ser una inversión, jamás un gasto. Tenés que estar seguro que será rentable y productivo para tu pequeño emprendimiento o gran empresa. Que cada peso que inviertas en él tenga un retorno.

Recordá siempre que -más allá de tu favoritismo por una u otra marca- el mejor camión es que nunca se para.


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