01-09-25.- La transición energética avanza. El Ente Nacional Regulador del Gas (ENARGAS) impulsa un ambicioso plan de corredores de GNC destinado a camiones y buses de gran porte. El objetivo es claro: ofrecer una alternativa real al diésel, con ventajas económicas que pueden representar hasta un 40% de ahorro en los costos operativos de las flotas.

Actualmente, 149 estaciones ya están habilitadas para abastecer transporte pesado, y 86 de ellas disponen de equipos de Alto Caudal, indispensables para llenar tanques de gran tamaño en tiempos competitivos. Sin embargo, la meta es mucho más ambiciosa: alcanzar las 500 bocas de expendio en el corto plazo, lo que convertiría a la Argentina en una de las naciones con mayor infraestructura de gas vehicular para uso pesado.
Un marco regulatorio sólido
El avance se apoya en la normativa técnica NAG-420 y su Adenda Nº1, oficializada en la Resolución 467/2024. Este marco fija los parámetros técnicos, legales y de seguridad para que cada estación pueda sumarse a la red. Con ello, no solo se garantiza un servicio confiable, sino también la seguridad jurídica necesaria para que las inversiones fluyan con previsibilidad. Cada nueva estación debe presentar la documentación correspondiente a la distribuidora de su zona y, una vez habilitada, queda incorporada al corredor oficial de GNC para transporte pesado.

Argentina, un paso adelante en la región
La comparación internacional resalta el salto logrado. Mientras España cuenta con unas 153 estaciones abiertas al público para todo tipo de vehículos, la Argentina ya dispone de más de 2.000 puntos de carga para autos livianos y suma ahora la infraestructura específica para camiones y buses. Este diferencial otorga al país una posición estratégica en el desarrollo del gas natural vehicular.
Las terminales automotrices acompañan la tendencia con el lanzamiento de modelos dedicados de colectivos y camiones a GNC, lo que elimina barreras técnicas y otorga mayores garantías a transportistas que evalúan renovar sus flotas con esta tecnología más limpia y económica.

Políticas públicas y visión de futuro
La expansión también se refleja en medidas concretas. La Ciudad de Buenos Aires dispuso que, a partir de 2027, toda nueva unidad destinada al transporte público de pasajeros deberá funcionar exclusivamente a GNC. Con ello busca reducir la contaminación atmosférica en zonas urbanas, donde el diésel sigue siendo una de las principales fuentes de óxidos de nitrógeno y material particulado.
En paralelo, surgen proyectos de “gasoductos virtuales” para llevar gas comprimido en camiones hacia industrias, comercios y comunidades alejadas de la red convencional, ampliando así los usos del recurso.
Un mapa para la transición energética
El ENARGAS puso a disposición un mapa interactivo —disponible en su web y en la aplicación MiEnargas— que muestra en tiempo real las estaciones habilitadas, su capacidad de caudal, las marcas presentes y la posibilidad de planificar rutas integradas con Google Maps. Una herramienta clave para transportistas y choferes que necesitan previsibilidad en sus recorridos.

Competitividad y compromiso ambiental
El desarrollo del GNC para transporte pesado no solo responde a la ecuación económica. También constituye una pieza fundamental en la transición energética nacional: un combustible más limpio que el gasoil, con menor huella de carbono, que fortalece la competitividad del sector y alinea al país con compromisos ambientales internacionales.